¿Qué batería comprar para mi moto?

A muchos nos ha pasado que solamente nos acordamos de este elemento cuando nos falla en el momento menos oportuno. Y si la moto ronda los 200 kg se hace muy complicado poder arrancarla a empujón. Dichosas baterías de moto, ¿verdad?, Pues bien, tampoco hay que fustigarse por ello, ya que, aunque se cuiden, tienen una vida útil limitada porque dependerá del uso que se le haya dado a la moto, es decir, si ha tenido uso continuo o no, si se vive en un clima donde se dan temperaturas extremas y, también, si los componentes de la misma son de calidad.

La batería, funciona básicamente gracias a una reacción química en su interior que producen una corriente continua. Estos elementos químicos necesitarán de un «empujón» en forma de electricidad por parte del «generador eléctrico» de la moto (alternador y regulador) para poder recargarse y seguir reactivando el ciclo de carga y descarga. Pues bien, éste ciclo tiene un número limitado a lo largo de su vida y es muy importante saber que estas baterías están pensadas para su descarga y carga rápidas, por eso cuando se demanda energía de ellas para arrancar la moto, acto seguido está siendo abastecida de corriente para evitar su descarga total. Por ello, este tipo de baterías, cuando se descargan por debajo de los 12 voltios (básicamente) sufren daños y no aguantan esta situación muchas veces más, llegando a quedar inservibles, incapaces de recobrar la carga.

Tipos de batería y cuál elegir

Básicamente podemos distinguir dos tipos, las que tienen mantenimiento y las que no. Las primeras, deberemos ir controlando el nivel del líquido electrolito de los vasos y rellenándolos a través de los tapones que retiramos en su parte superior porque se haya ido evaporando.

Por otro lado tenemos las que no tienen mantenimiento. En este grupo tenemos las de GEL cuyo electrolito es casi sólido gracias a un componente de silicona que evita su fuga, incluso en caso de rotura. Las de AGM que tienen fibra de vidrio que absorbe el electrolito consiguiendo, también, como las de GEL, un líquido gelatinoso evitando así las fugas. Esto hará que si tu moto necesita una moto cuya posición no es vertical, necesitará una batería de gel o fibra de vidrio para evitar que se salga el ácido.

Aunque parezca obvio, hay muchos modelos y lo primero que debemos saber es el tamaño del hueco que disponemos en la moto para poder ubicar la batería. Que los polos queden bien ubicados y las conexiones queden bien fijadas. A partir de ahí, debemos elegir una bateria con la suficiente «potencia» medida en Ah (Amperios/hora) para abastecer la demanda que va a tener el arranque del motor. A mayor potencia, menos va a «sufrir» demandas y menos se va a descargar a igualdad de condiciones con otras de menos potencia. Nunca deberemos poner una batería de menor potencia a la original. Si tenemos en cuenta que la descarga de nuestras baterias es el principal enemigo, a fin de cuentas, tendremos baterías con menos riesgo de descarga

Ahora, toca rascarnos el bolsillo. Si disponemos de poco presupuesto, la opción más económica es la de las baterías de plomo y ácido sulfúrico que pedirán de tu parte de un mantenimiento de los niveles del electrolito. Al comprarla deberá tenerse especial cuidado pues estaremos manipulando ácido sulfúrico que viene por separado. Por suerte, para su mantenimiento no se rellena con el mismo ácido, si no que se hace únicamente con agua destilada. Si tienen un respiradero con un tubo, oriéntalo hacia donde no pueda causar daños en plásticos o elementos de la moto pues pueden ser corrosivos los gases.

El siguiente eslabón si disponemos de más presupuesto, son las baterías selladas llamadas VRLA que vienen descargadas a las que hay que colocar el ácido con las botellitas tapadas con papel de aluminio. Una vez tapado no no se puede quitar más (si se te ocurre rellenar los vasos estropearás la batería).

En un eslabón más alto están las baterías de GEL y ACM. Son más caras, pero son mejores ya que son más seguras, no tienen fugas por lo que se podrán poner volcadas y tienen menos pérdida de carga con el tiempo, por lo tanto, de mejor calidad.

Y, por último, si eres de los que quieres montar una batería alternativa a todas las anteriores, también existen las baterías de LITIO, más ligeras (hasta 4 veces menos) pero también más caras. Las ventajas fundamentales son las derivadas de este elemento químico, ligereza y alto poder reactivo. Estas baterías tienen una mayor capacidad de corriente en los arranques y una mucho menor autodescarga.

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